Lo que hoy llamamos “deportes” son unas actividades que
implican ejercicio físico y una motricidad compleja, y que sin embargo nacieron
–todos ellos- como un simple juego cuya única finalidad era la diversión y el
puro entretenimiento. El constante crecimiento en el número de aficionados para
la práctica de estos juegos, encendió el espíritu de competición, ese deseo de
vencer al adversario. Y esto condujo a la creación de unas reglas codificadas y
estandarizadas. Pero alguien debía tomar el control de todo aquello y así
surgieron las instituciones oficiales (Federaciones, etc.) que se convirtieron
en los máximos organismos con poder absoluto para dictar sus propias reglas,
cambiarlas a su antojo, hacer negocio, obtener más poder, etc.
Yo quiero mirar el deporte con los ojos de antaño, con la mente limpia e inocente que sólo busca el entretenimiento, y si esa diversión supone un ejercicio físico y mental beneficioso para el cuerpo, mejor aún. Así lo he entendido siempre. Mi único rival –aunque haya competido en muchos deportes- he sido yo mismo, tratando de superarme cada día como en todas las facetas de la vida. Otra cosa muy diferente es que lo haya conseguido; pero lo que cuenta es el hecho de intentarlo, una y otra vez, siempre.
Yo quiero mirar el deporte con los ojos de antaño, con la mente limpia e inocente que sólo busca el entretenimiento, y si esa diversión supone un ejercicio físico y mental beneficioso para el cuerpo, mejor aún. Así lo he entendido siempre. Mi único rival –aunque haya competido en muchos deportes- he sido yo mismo, tratando de superarme cada día como en todas las facetas de la vida. Otra cosa muy diferente es que lo haya conseguido; pero lo que cuenta es el hecho de intentarlo, una y otra vez, siempre.
“El mejor deporte es la sonrisa”:
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